De la era "manual" a la era "h@ndm@de"

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No estaríamos donde estamos hoy si no hubiera sido por ellos...

 
No sé si será genética, vocación o si es pasión por lo aprendido, por lo vivido, pero desde que tengo uso de razón he sentido que necesitaba mover las manos para hacer cosas: dibujar, pintar, coser, tejer, cocinar… cualquier cosa. No sé aún por qué me gusta tanto o por qué me hace sentir tan bien el hacerlo. Lo que sí es cierto es que he tenido grandes ejemplos, grandes maestros- o debería decir maestras- de quien que aprender.



Trabajando mimbre para hacer cestos

 Mis abuelas se pasaron la vida trabajando con las manos, no sólo en las duras jornadas en el campo o con el ganado, también en casa, limpiando, lavando, cocinando,… y como no, cosiendo, tejiendo, bordando, haciendo cestos de mimbre,…  Como entonces no había tantísima oferta de gimnasios, cursos, academias, talleres, etc., los ratos de “ocio” los dedicaban precisamente a eso, a crear con sus manos. Eran momentos entretenidos, porque además aprovechaban para reunirse con madres, hermanas, tías, primas, abuelas, amigas,… (en ocasiones y en función de lo que se hiciera aparecía algún hombre por allí también, ¡no vayáis a pensar lo contrario!) y reían, cotilleaban, se desahogaban, enseñaban lo que hacían, cómo lo hacían, experimentaban y aprendían a hacer aún más cosas.

 

A mi abuela le encantaba tejer, aprovechaba cualquier ocasión

 

Y esa manera de vivir fue la que nuestros padres heredaron y nos transmitieron.

Ellos, así como nosotros mismos, hemos sido las generaciones de la transición: a caballo entre la era manual y la tecnológica. Las máquinas, los ordenadores y todo lo que éstos han conllevado nos ha hecho ver el mundo con otros ojos, disfrutar de unas comodidades y tener unas opciones que antaño desconocían.

 
Yo, como muchos otros, crecí entre telas, ovillos, hilos, agujas,... (Recuerdo a mi madre haciendo maravillas con las manos: tejiendo con lanas de colores jerseis para el invierno, cortando en la mesa del comedor los vestidos, pantalones y disfraces -¡madre mía qué disfraces más bonitos!- que nos hacía con todo el amor del mundo, cocinando en aquella minúscula cocina unos postres para chuparse los dedos -lo que más recuerdo eran los bizcochos de yogurt; siempre que podía intentaba ayudarla para poder rebañar el recipiente donde había hecho la mezcla, mmmm…-),  pero también nos ha tocado vivir con  televisores en blanco y negro, en color, videos VHS y Beta (y creo recordar el video 2000), walkman, dvd, mp3, ordenadores Amstrad, Windows, Apple, Internet, los portátiles, los Ipad, los móviles, los Iphone, … ¡Una lista interminable! ¡Y lo que aún nos queda por ver!

Taller de alfombra de ganchillo XL by Delimalimon
Foto de Delimalimon

 
Y aunque parezca incompatible una cosa con la otra me doy cuenta de que somos muchos los que todavía disfrutamos haciendo las cosas como se hacían antes, con las manos, con materiales tangibles, cortando, pegando, cosiendo, superponiendo, mezclando,… pero ahora no sólo compartiéndolo con la gente que nos rodea en un entorno inmediato, en talleres o reuniones sociales, sino con los que están al otro lado de las pantallas navegando en el inmenso océano de internet.



Taller de cupcakes en Artesanato by Alaprestatgeria
Foto de Alaprestatgeria

Eva