miércoles, 24 de abril de 2013

Puff de trapillo

Hola a tod@s, ya estoy aquí otra vez. ¡Qué lentas se pasan las semanas malas!, pero ya queda menos.
Hoy quiero enseñaros un regalo que les voy a hacer a mi primo Alberto y a su mujer, novia, compañera,... Danae.
Hace cosa de un año hice un taller en Artesanato, de la mano de Rosa de Delimalimon craft para aprender a hacer un puff de trapillo, la técnica era muy sencilla, era como una bola de amigurumi gigante y a punto alto,aquí podéis encontrar el patrón. Me quedó muy bien, además me sirvió para darle una utilidad al cojín de lactancia, que llevaba 4 años dando vueltas por la casa sin pena ni gloria, ahora por fin sirve para algo.
Aquí tenéis los dos. El pequeño es el primero que hice.

Cuando mis primos lo vieron me pidieron que les hiciera uno para su nuevo pisito y 4 meses después por fin lo he acabado, más vale tarde que nunca.
Me ha causado varios dolores de cabeza por que se me antojó hacerlo diferente al mío.
La idea era hacerlo más grande y más tupido, así que se me ocurrió hacerlo como el mío pero en punto bajo, pero no sé porqué extraña causa no me salía, lo hacía siguiendo un patrón pero acababa con más volantes que en la feria de abril, si lo lee alguna experta en amigurumi y sabe el porqué le agradecería que me lo explicara.
Empezamos por una redonda de punto alto

Después pensé en tejerlo en 2 partes, una redonda en punto alto, como la base de un cesto  y una vez llegado al diámetro deseado, hacer punto bajo sin aumentar para hacer la altura; y la otra parte igual. Una vez tejidas las dos partes se unen entre sí con punto raso.

Materiales:

  • Una bobina de trapillo gris
  • Una bobina y media lila
  • ganchillo del 15
  • Tela para hacer el forro
  • Floca a mogollón

Como veis las dos bases las hice en color lila y para hacer la altura cambié de color, como lo veía un poco soso pensé que le podía quedar bien este punto que se no sé si tiene nombre, si alguien lo sabe que me lo diga, no es más que un punto bajo metiendo el ganchillo en un nivel cada vez inferior.
Hay que vigilar que las dos piezas queden iguales, deben tener la misma cantidad de puntos, si no a la hora de unirlas no quedará bien.
Un punto bajo metiendo el ganchillo en un nivel más bajo

Una vez acabadas las dos piezas y con la ayuda de mi madre hicimos la funda.
Parecía un saco sin fondo
Ya sólo queda rellenarla, cerrar la funda y unir las dos piezas de trapillo.
Está chulo ¿No?



Le acabo de enviar una foto a Danae para pedirle permiso para hacer la entrada antes de dárselo y está encantada con el resultado.

Me ha gustado hacerlo por que he sido capaz de tejerlo sin necesidad de ningún patrón, haciendo, deshaciendo, probando,... Como dice Sabas "creando".

Espero que os guste, y si queréis uno, ya sabéis dónde estamos.

Un beso.
Lali


viernes, 12 de abril de 2013

Había una vez...

Había una vez una niña, llamada Nerea, que con menos de tres años iba a empezar el colegio. Para empezar, entre otras cosas, le pedían que llevara una bolsa donde poner el almuerzo, la bata y cualquier otra cosa que le hiciera falta.
Por el barrio se vendían unas bolsas muy bonitas de patchwork con el nombre y un dibujo cosidos con diferentes telas. La mamá de la niña pensó que sería bonito poder hacer una bolsa del estilo a estas pero personalizada exclusivamente para la pequeña.


 Buscó una tela que le inspirase y la encontró en Ikea. Dicha tela tenía unos dibujos que le hicieron recordar al cuento de la Caperucita Roja (sí, ya sé que el animal en cuestión no es un lobo, sino un zorro, pero para nosotras es un lobo malo ;-P), así que con fieltro de diferentes colores confeccionó el Zorro-lobo, la Caperucita Roja y el nombre de la niña.




Lo cierto es que no sólo a ella le encantó, muchas personas han hecho comentarios sobre lo bonita que les parecía. Desde el día que la mamá acabó la bolsa, Nerea la ha llevado feliz y contenta.

           
 
Y colorín colorado... Ah! lo olvidaba, encontramos en Virutas d'Inaf un precioso broche de una Caperucita Roja hecho por Ovejita Be! que nos encantó para ponerlo en nuestra bolsa de cuento...

Ahora sí... Este cuento se ha acabado.


 Fin

 
Eva

jueves, 11 de abril de 2013

Paste de café y mascarpone

Hola a tod@s!
Semana buena, semana de entrada.
Hoy quiero enseñaros un pastel que le hice a mi marido para su cumpleaños. Sí, ya sé que hace poco hice el Pastel Guinness para su cumpleaños, pero es que en mi familia se celebra todo varias veces.
Le dí a elegir al homenajeado un pastel y se decantó por uno del libro de Marian Keyes Salvada por los pasteles.

¿Conocéis a Marian Keyes? Es la autora de, entre otros, Sushi para principiantes. Según cuenta, para superar una depresión, después de probar varias terapias, empezó por casualidad a hacer pasteles y en Salvada por los pasteles nos explica cómo ésto le ayudó a curarse.
El elegido fué el bizcocho de espresso y nueces, pero con algunos cambios respecto a la receta original. Como a Sabas le encanta el tiramisú pensé que sería una buena idea cambiar la cobertura a base de mantequilla, por una cuya base fuera el mascarpone.
Para decorarlo, en un momento de inspiración ;), se me ocurrió dibujar unas flores en una cartulina y recortarlas para hacer una plantilla y de ésta manera espolvorear el cacao como en un tiramisú.
No es por echarme flores, pero el pastel estaba buenísimo y a todos les encantó, sobretodo al cumpleañero, que era lo más importante.
Este pastel era una manera de agradecerle todo lo que está haciendo por mí en estos momentos, por aguantarme los malos humores, los bajones y todos esos malos momentos que con él se hacen menos malos.
Y me dejo de sentimentalismos y vamos con la receta:

Ingredientes para 8 porciones:
Para el bizcocho:

  • 50 gr de mantequilla
  • 80 ml de leche entera
  • 1 taza de espresso frío
  • 2 huevos
  • 225 gr de azúcar
  • 100 ml de aceite de oliva suave
  • 100 gr de nueces troceadas
  • 250 gr de harina para repostería
  • 2/3 de sobre de levadura en polvo
Para la cobertura:
  • 250 gr de mascarpone
  • 125 gr de nata montada
  • 100 gr de azúcar glass
  • 2 cucharadas de café soluble
Las cantidades de la cobertura son un poco a ojo, si os gusta con más mascarpone, más dulce, más café, se pueden adaptar las cantidades.

Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º
En un cazo derretimos la mantequilla y añadimos la leche y el café, apartamos del fuego y dejamos que se enfríe.
En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa, agregamos la mezcla de leche, mantequilla y café, las nueces troceadas y la harina poco a poco y tamizándola.
Repartimos la mezcla en dos moldes (o en uno y luego las partimos) y horneamos unos 20-25 min, ya sabéis, cuando el pincho salga limpio.
Dejar enfriar y desmoldar.
Para hacer la cobertura mezclaremos el queso con el azúcar glass y el café soluble y luego, poco a poco y con movimientos envolventes, añadiremos la nata montada.
Montaje:
Una vez los bizcochos estén fríos pondremos en una base una redonda de papel de horno y un poco de la cobertura (ésto es para que a la hora de pasar el pastel a un plato sea más fácil)

y encima uno de los bizcochos que cubriremos con una buena parte de frosting,
encima colocaremos el otro bizcocho bocabajo y  empezaremos a cubrir todas las imperfecciones con la cobertura, es decir, primero damos forma al pastel y lo igualamos.

 ¿Os habéis fijado en la base giratoria? Es un regalo de Eva. Es del Ikea y  la he tuneado haciéndole un decuopage con unas servilletas en las clases de Artesanato.

Lo dejamos enfriar en las nevera unos 20-30 minutos y con el resto de la cobertura vamos cubriendo el pastel intentando que quede lo más liso posible.
En el momento de sacar a la mesa espolvorearemos el cacao sin azúcar para que de esta manera el cacao no se humedezca y cambie de color, lo podéis hacer con o sin plantilla.

Y et voilà!

Un consejo: hasta que no hayáis hecho la foto no dejéis que nadie respire. Lo digo por experiencia

Otro pastel ligerito.

Espero que lo probéis y que me digáis que os ha parecido.



Un beso y GRACIAS.

Lali




miércoles, 3 de abril de 2013

La Primavera ha llegado a la ciudad...

Sí sí, ya sé que la primavera hace días que nos acompaña... Me encanta! Parece que el cambio de tiempo nos afecta positivamente en todos los sentidos... La luz, el color, la felicidad, aires nuevos...
La pecera este invierno ha estado un pelín tocada, entre "tropezones" de salud, crisis informáticas y demás, aquí seguimos, con optimismo introduciendo algunos cambios (imagino que ya os habéis dado cuenta de que la imagen de nuestro blog ha cambiado ligeramente) y planteandonos nuevas metas que iremos compartiendo con vosotros según vayan sucediendo, sin prisas pero sin pausa.
Para ir ambientando los nuevos aires os dejo con una canción que creo muy adecuada para la ocasión:


Y para no dejar de lado el lado "craft", os recomiendo varias lecturas que han mantenido ocupado mi lado creativo mientras el brazo derecho se va recuperando:
- La dulce y delicada revista Kireei (la revista de las cosas bellas)


 
 
 
- Y la trilogía de El club de los viernes (Kate Jacobs, Maeva ed.) ... Una lectura conmovedora. Aish!
Una encantadora amiga me regaló el primero cuando salí del hospital y lo cierto es que me gustó tanto que me he comprado los dos siguientes. Ahora voy casi por el final del segundo... A ver qué pasa con el Club ¿?
 
 


 A disfrutar!

Eva